Los mejores vinos del hemisferio sur tienen su origen en una franja de latitud muy reducida, entre los paralelos 32° y 38°, encontrando puntos clave en Argentina, Chile, Sudáfrica, Australia y Nueva Zelanda. Allí se dan las condiciones ideales para el cultivo de la vid, logrando la máxima expresión de aromas y sabores. En esta pequeña franja se elaboran los vinos mas distinguidos del Nuevo Mundo.